Uso compulsivo: Si sientes una compulsión irrefrenable de revisar tus redes sociales, jugar videojuegos, ver videos o navegar por Internet, y esto interfiere con tus responsabilidades diarias, como el trabajo, los estudios o las relaciones personales, podría ser un signo de adicción a las pantallas. Si encuentras difícil controlar el tiempo que pasas frente a las pantallas y continúas usándolas a pesar de los problemas que causa en tu vida, es posible que hayas desarrollado una adicción.

Tolerancia y abstinencia: Si necesitas pasar cada vez más tiempo frente a las pantallas para sentirte satisfecho o experimentas síntomas de abstinencia, como irritabilidad, ansiedad o inquietud cuando no estás frente a una pantalla, esto podría indicar una adicción. La tolerancia y la abstinencia son dos señales clásicas de que tu cuerpo y mente se han acostumbrado a la estimulación constante de las pantallas, lo que puede ser indicativo de una adicción en desarrollo.

Descuido de actividades importantes: Si descuidas actividades importantes en tu vida, como pasar tiempo con amigos y familiares, realizar actividades al aire libre, hacer ejercicio o cumplir con tus responsabilidades laborales o académicas debido a tu uso de las pantallas, esto puede ser una señal de que tienes un problema de adicción. El uso excesivo de las pantallas puede afectar negativamente tus relaciones personales, tu salud física y mental, y tu rendimiento en otras áreas importantes de tu vida.

Cambios en el estado de ánimo y la salud mental: El uso excesivo de las pantallas también puede tener un impacto en tu salud mental y emocional. Si notas cambios en tu estado de ánimo, como irritabilidad, ansiedad, depresión o falta de interés en actividades que solías disfrutar debido a tu relación con las pantallas, esto puede ser un indicador de una adicción. Las pantallas también pueden afectar tu calidad del sueño, lo que a su vez puede tener un impacto negativo en tu estado de ánimo y bienestar general.

Intentos fallidos de reducir el uso de las pantallas: Si has intentado reducir tu tiempo de pantalla o limitar tu uso de las pantallas en el pasado y has fracasado repetidamente en tus intentos, esto puede ser un signo de adicción. La incapacidad para controlar o reducir el uso de las pantallas, a pesar de los esfuerzos conscientes para hacerlo, puede ser un indicativo de que has desarrollado una adicción.